Explorando Granadilla: Un Pueblo Abandonado con Encanto
Explorando Granadilla: Un Pueblo Abandonado con Encanto

Explorando Granadilla: Un Pueblo Abandonado con Encanto

Este verano, mi mujer y yo decidimos aventurarnos en una escapada distinta, visitando el pintoresco y abandonado pueblo de Granadilla, en la provincia de Cáceres. Situado en un entorno natural privilegiado, este lugar es un auténtico viaje al pasado, lleno de historia y melancolía. Acompáñanos a revivir esta experiencia.

Granadilla

Un Recorrido por las Calles de Granadilla

Llegamos al pueblo en una calurosa tarde de verano, con el sol iluminando cada rincón de este enclave histórico. Nada más entrar por sus puertas, uno se siente transportado a otra época. Las calles empedradas, bordeadas por muros de piedra y casas semi derruidas, cuentan historias de los tiempos en que Granadilla era un próspero municipio.

Mi mujer y yo paseamos lentamente, observando los vestigios de lo que un día fue un pueblo lleno de vida. En muchos rincones, la naturaleza ha reclamado su espacio: hiedras trepando por las paredes, flores silvestres brotando entre las grietas de las piedras y el canto de los pájaros acompañando nuestra exploración.

El Castillo: Testigo del Tiempo

Una de las joyas de Granadilla es, sin duda, su castillo. Esta impresionante fortaleza, construida en el siglo XV, se alza majestuosa en el corazón del pueblo. Decidí aventurarme a explorar su interior, mientras mi mujer esperaba afuera, disfrutando de la sombra de un árbol cercano acompañada de Nala.

Ascendiendo por las escaleras de piedra, sentí la frescura de sus muros gruesos y las huellas de los siglos en cada rincón. Desde lo alto de la torre, la vista era simplemente espectacular. El embalse de Gabriel y Galán se extendía como un espejo bajo el cielo azul, y el silencio solo era interrumpido por el susurro del viento. Este momento fue, sin duda, uno de los puntos culminantes de nuestra visita.

Reflexiones en el Atardecer

Al final del día, nos sentamos juntos en uno de los bancos cercanos a la entrada del pueblo. El sol comenzaba a ocultarse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados, mientras las sombras de Granadilla se alargaban. Fue un instante de calma y conexión, en el que compartimos nuestras impresiones sobre este lugar tan especial de la historia de Extremadura.

Granadilla no es solo un pueblo abandonado; es un recordatorio de las historias que nos preceden, un espacio donde la naturaleza y el tiempo conviven en perfecta armonía. Sin duda, una experiencia que nos llevaremos siempre en el corazón.

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