
Cuando llegamos, nos encontramos con un cielo descubierto, sol, y una playa de arena fina. Carmen y Blanca no dudan en abrir el baño. Hay que andar muchos metros para llegar al agua, la marea está baja.

Tras un primer baño, de más de una hora, toca merendar, para posteriormente volver al agua.
El Sol va cayendo por occidente, y la marea sube y sube, obligándonos a retirar toallas y bolsos para evitar que sean engullidos por la masa de agua azul. Al final, y sin querer, nos dan las ocho y media de la tarde, hora de volver a casa.
A Muros de Nalón, habrá que volver para visitarlo de otra manera. Haciendo la ruta costera tal vez ….