El 25 de junio de 2024, Juani y yo tuvimos el placer de recorrer la encantadora ciudad de Palencia bajo el cielo nocturno. Llegamos alrededor de las 20:30 horas, listos para descubrir los encantos de esta ciudad castellana. La velada comenzó con un agradable paseo por sus calles iluminadas, donde la tranquilidad de la noche en Palencia realzaba la belleza de sus edificios históricos.

Iglesia de San Lázaro
La noche en Palencia se inició con una visita a la emblemática Iglesia de San Lázaro, un lugar encantador lleno de historia. Se trata de un templo del siglo XI, antiguo hospital de peregrinos y leprosos.
La tradición sitúa la construcción de esta iglesia, hacia el año 1076, sobre un inmueble fundado por el Cid Campeador que servía como hospital de peregrinos y leprosos, tal como nos invita a rememorar una inscripción que jalona su puerta.
La actual iglesia, se levantó entre los siglos XIV y XV por deseo de Los Castilla, una poderosa familia palentina. El antiguo Retablo Mayor estaba formado por seis tablas obra de Juan de Flandes dispuestas alrededor del cuadro “La Virgen, El Niño y San Juanillo”, de Andrea de Sarto, que hoy puede admirarse en el Museo Diocesano. El actual, de estilo plateresco, procede de la Iglesia de San Miguel de Tordehumos (Valladolid). (Fuente: Ayuntamiento de Palencia)
Iglesia de Nuetra Señora de La Calle «La Compañía»
Continuamos hacia la Iglesia de Nuestra Señora de la Calle, popularmente conocida como “La Compañía”, y quedamos maravillados con su serenidad y su arquitectura. Esta iglesia fue declarada Monumento Nacional en 1982. Su diseño sobrio y estilo renacentista se inspiran en los patrones arquitectónicos de la Chiesa del Sacro Nome di Gesù, la emblemática iglesia madre de la Compañía de Jesús en Roma.

Iglesia de Nª Sra de la Calle «La Compañía»
Construida en 1584, originalmente estuvo dedicada a San Lorenzo. Sin embargo, tras la expulsión de los jesuitas en 1767, se convirtió en parroquia-santuario. Cuando la orden regresó a Palencia en 1871, decidió no recuperar esta iglesia, optando por administrar la parroquia del antiguo Convento de San Francisco.
Entre los tesoros de su interior, destaca un impresionante Retablo Mayor barroco, obra de Pedro de Bahamonde en el siglo XVIII. Este retablo incluye notables imágenes de San Lorenzo y otros santos jesuitas como San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola.
Actualmente, el templo acoge a la Virgen de la Calle, patrona de la ciudad y conocida cariñosamente como «La Morenilla». Su festividad, una de las más importantes de Palencia, se celebra cada 2 de febrero. (Fuente: Ayuntamiento de Palencia)
Calle Mayor
Hacia las 22:00 horas, cenamos en una de las animadas terrazas de la plaza, donde la gastronomía local nos deleitó con platos llenos de sabor. Disfrutamos de una cena que superó nuestras expectativas: platos sabrosos, servicio excelente y un ambiente perfecto. Fue el momento ideal para descansar y disfrutar del entorno animado.
Nuestra noche en Palencia continuó por el casco antiguo, paseando por la Calle Mayor, iluminada por farolas que realzaban la elegancia de los edificios históricos. Pasear por sus calles a esas horas nos permitió ver otra faceta de la ciudad, una Palencia serena y acogedora, que invita a ser disfrutada sin prisa.
Con más de 900 metros de longitud, esta vía se erige como el eje central de la capital palentina, un punto de encuentro para sus habitantes y el escenario de gran parte del patrimonio civil de la ciudad. Conserva el espíritu burgués de los siglos XIX y XX, reflejado en su arquitectura, y presenta soportales en uno de sus laterales, sostenidos por 199 columnas que le otorgan un carácter único.
Catedral de San Antolín
Nuestro recorrido culminó en la Catedral de San Antolín, donde el juego de luces nocturnas le dio un aire majestuoso. El principal monumento de la ciudad, conocido como «La bella reconocida», apenas revela en su fachada la magnitud de lo que se esconde en su interior. Este apelativo hace justicia a la riqueza patrimonial y artística que alberga, con obras sorprendentes de grandes maestros como El Greco, Alonso Berruguete o Zurbarán.
De estilo gótico, pero con elementos barrocos y renacentistas, la catedral fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1929. Con su imponente tamaño y considerable altura, es la tercera catedral más grande de España.
En su subsuelo, guarda un fascinante secreto: la Cripta de San Antolín, una construcción primitiva que data del siglo VII. Según la tradición, el rey Wamba fue quien trajo las reliquias del mártir francés San Antolín desde Narbona a Palencia. De ser cierto, esto explicaría algunas características arquitectónicas del edificio, que podría haber formado parte de un antiguo martyrium, similar al arte paleocristiano o asturiano.
La cripta sigue siendo un lugar de gran significado para los palentinos. Cada año, en la festividad del santo, muchos se acercan al pozo en su interior, cuyas aguas se consideran milagrosas y curativas. Además, es en esta catedral donde los primeros príncipes de Asturias contrajeron matrimonio en 1388, un evento histórico de gran relevancia para la ciudad. (Fuente Ayuntamiento de Palencia)
Allí, tomamos varias fotografías que capturan la esencia de la noche. Terminamos nuestra visita a la 01:00 horas, con la sensación de haber descubierto un rincón mágico de España.
Sin duda, la noche en Palencia fue una experiencia mágica que recomendamos a cualquiera que busque descubrir una de las joyas menos conocida de España.