
Iniciamos ruta a las doce del mediodía, y la primera parada que hacemos, nada más salir, es en la localidad de Ponte do Porto, donde paramos para fotografiar la Fuente de los Leones, réplica de la que existe en la Alhambra de Granada. aprovecho para asomarme a la ría, y hacer alguna que otra fotografía. Siguiendo por el margen de la ría, llegamos a Porto de Cereixo, donde tenemos la suerte de poder visitar su iglesia de origen románico en honor del Apóstol Santiago. Iglesia del Siglo XII, que representa claramente el románico de Galicia. A su lado las Torres de Cereixo, quizás el edificio más representativo de la localidad.
Partimos hacia Vimianzo, con el fin de visitar su castillo, castillo que data del S. XII, de cuyos orígenes se conservan pocos restos. La visita al castillo es gratuita, y en su interior, además de retroceder siglos en el tiempo, vas a tener la sensación de encontrarte en un centro de talleres con artesanía propia de otras épocas. Fue una grata sorpresa la visita al Castillo. Si hay que poner alguna pega, es la falta de traducción al castellano de las mayoría de los carteles explicativos
Atendiendo a la hora que es, comemos en un pequeño restaurante de menús de la localidad. «Casa Sabina». A nuestro parecer el menú es bastante asequible y en relación calidad precio, creemos que es un gran menú.
Ahora si, empezamos a viajar de verdad. Una vez hemos comido, nos dirigimos al Cabo de Finisterre, Fisterra en la lengua oriunda. visitamos el faro y el cabo, y quedamos prendados de las vistas que desde ese punto se nos permiten otear. (Una pena que el tiempo no acompañase). En el recorrido aprovechamos a tomar fotografías como recuerdo de la visita.

Continuamos hacia el Faro de Touriñán, a mi parecer, aunque mucho más pequeño que el de Fisterra, bastante más fotogénico que el anterior. De allí tenemos que salir con prisas, puesto que la lluvia nos persigue desde el mar. Así pues ponemos dirección a Muxia, fin de ruta. Visitamos el Santuario de la Virgen de la Barca y el monumento A Ferida, recuerdo de una negra tragedia que no se puede volver a repetir, pues aún, después de veinte años, se siguen observando la huellas que dejó el chapapote del Prestige.
Después de realizar unas fotografías volvemos a casa, Hoy toca barbacoa y hay que empezar a preparar las brasas.