Eran las siete de la tarde, y Carmen tenía ganas de salir a un parque. Salimos hacia el centro de Oviedo, a uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, El Campo de San Francisco. Para aparcar dejamos el vehículo en el Parking que existe bajo la Plaza de la «La Escandalera» (escandalera de verdad era la estrechez de los aparcamientos).
Al salir del parking, sobre la plaza de la Escandalera podemos ver una obra de Botero, Maternidad, conocida como «La Gorda», a la derecha, el Teatro Campoamor, a la izquierda, el Campo de San Francisco, custodiando la entrada a lo que seguramente es el centro comercial abierto más grande de la ciudad, la calle Uría.
El Campo de San Francisco es un parque urbano para disfrutar en familia, cuenta con más de 950 árboles de más de 50 especies diferentes. Además, el parque tiene su propia fauna, con diversas aves como pavos reales en libertad, cisnes, patos etc.
También cuenta con zona de juegos para niños, fuentes, quioscos, estatuas y estanques.
La entrada de la pequeñaja al parque fue, irse directa al estanque, lleno de patos, de palomas, de cisnes e incluso un pavo solitario que deambulaba por el lugar.
La imaginación de la enana pronto le llevo a jugar a princesas en el bosque, aprovechando la vegetación de un gran jardín botánico para dar rienda suelta a sus historias, utilizando el Arco del convento de San Francisco de Asís, como castillo.
Luego, visita obligada al parque infantil, columpios, toboganes, etc…, cualquiera la arranca del sitio. Cuando la convencimos, pudimos dar un paseo por el «Campo», donde encontramos robles centenarios, y una gran variedad de arboles.
Acabamos el paseo en la estatua de la torera … Carmen sobre el equino y Blanca Sentada en la silla.
