Entre valles, historia y cocido montañés: un día en el corazón de Cantabria
Entre valles, historia y cocido montañés: un día en el corazón de Cantabria

Entre valles, historia y cocido montañés: un día en el corazón de Cantabria

El 14 de julio amaneció envuelto en niebla suave, como si el paisaje quisiera conservar para sí los secretos del Valle de Cabuérniga. Juani y yo, que celebrábamos estos días nuestro 29º aniversario de boda, decidimos dedicar la jornada a recorrer con calma uno de los rincones más auténticos de Cantabria.

Carmona, el alma del valle

El primer destino fue Carmona, un pequeño pueblo de postal que parece esculpido con paciencia. Las casas de piedra, los tejados rojizos, y el verde que lo envuelve todo componen una escena que se graba en la retina. En cada callejón, en cada soportal, se respira historia rural y un silencio amable.

Allí, Juani posó frente a la conocida estatua de la vaca tudanca, símbolo del arraigo ganadero de la zona. Sonrió con ese gesto de quien reconoce algo que no ha vivido pero siente cercano, como si llevara ese paisaje en la memoria.

Ferrería de Cades: cuando el hierro tenía alma

Más tarde, visitamos la Ferrería de Cades, una muestra viva del pasado industrial de Cantabria. El sonido del agua moviendo los mecanismos, el olor a madera húmeda y el contacto con las herramientas evocaron una forma de vida que parecía lejana, pero aún late en estas tierras. La verdad es que me fascinó la sencillez y eficiencia del sistema hidráulico que movía el martillo pilón.

Un almuerzo con sabor a recuerdo

Pero si algo marcó el día, fue el almuerzo. En Celis, regresamos a un restaurante que habíamos visitado hacía ocho años. La emoción era palpable desde antes de sentarnos. Volvimos a pedir el clásico cocido montañés y el cabrito, platos que no solo llenan el estómago, sino también el alma.

“Está igual de bueno que la primera vez”, dijo Juani, con una sonrisa amplia y los ojos brillantes. Aquel momento de complicidad, con el sabor del pasado y del presente mezclado en cada bocado, fue uno de esos instantes que se convierten en pequeños aniversarios dentro del aniversario.